viernes, 11 de noviembre de 2011

¡¡¡¿Otra vez de viaje?!!!

Pues sí, otra vez. No me he vuelto loca, de hecho, volver a Asia ha sido una decisión meditada, muy meditada. Es cierto que sólo hace un mes y medio que estuve en Laos y Tailandia, pero también es cierto que regresé con la sensación de esta parte del mundo todavía tenía mucho que ofrecerme.
Los cuarenta días que pasé viajando por el Sureste asiático, fueron unos de los mejores de mi vida, un viaje hacia fuera y hacia dentro que me enseñó a valorar muchas cosas que no quiero olvidar. Pero Marta ¿no has tenido bastante?... pues parece que no, algo dentro de mi, me decía que tenía que volver, y lo más importante: si no lo hacía ahora, podía ser complicado volver a hacerlo.
Vaya este post como una reflexión del porqué del viaje, sin pretender, ni mucho menos justificarme. La vida de cada uno es su responsabilidad y conviene no pensar demasiado en que opinarán los demás. Aún así, entiendo que para algunas personas, pueda resultar un tanto extraño.
Enfrentarte a cada nuevo día con los ojos de un niño, ansiosa por ver que imágenes, gentes, situaciones nuevas que te van a sorprender, te hace sentir realmente viva. La idea que tenemos del mundo, está formada por lo que vemos en nuestro entorno vital. Tener la oportunidad de conocer lugares que parecen de otro planeta, culturas y gentes que no tienen nada que ver con lo que nos rodea, te abre el cerebro y el corazón. Cuando te enfrentas sola a esto, es todavía más intenso.. Aprendí mucho en mi último, experimenté la importancia de tener conciencia del “ahora”, de dar valor a cada segundo de vida. Volví siendo la misma, pero siendo mejor.
Cuando me dicen que soy valiente por lanzarme sola a estos viajes, siempre pienso lo mismo; no, no soy valiente por lo que hago, si no por lo que dejo. Mi vida en Madrid no puede ser mejor; tengo al hombre más maravilloso del mundo a mi lado, apoya mis decisiones sin concesiones, pensando siempre en lo que es mejor para mi; tengo una familia que derrocha amor y me hace feliz; estoy rodeada de un montón de amigos que valen su peso en oro, gente que da luz a mi vida y por la que cada día, doy gracias a Dios por darme la inmensa suerte de que estén conmigo; mi día a día es estable y cómodo y veo mi futuro con ilusión y optimismo, me irá bien, estoy convencida. Bien, pues con todo esto, preparar la mochila y salir de viaje creo que es lo que tiene merito. Aun así, en el fondo de mi, se que lo que estoy haciendo es lo que tengo que hacer en este momento de mi vida.
He elegido India, un país con más de 1.000 millones de habitantes, más de 1.500 lenguas, entre idiomas y dialectos, 7 religiones con millones de fieles, 300 millones de pobres conviviendo con 350 millones de ciudadanos de clase media, un país apabullante y difícil de comprender para el cerebro occidental.
Necesitaría muchos meses para recorrerla, con el tiempo que he decidido dedicar a este viaje, visitaré el Norte, superpoblado, intenso y vasto como un continente, del que me llevaré algunas pinceladas. Delhi, Haridwar, Rishikesh, Dharmasala, Mcleod Ganj, Amritsar, Janmu, Srinagar, Kargil, Leh, Puskhar, Udaipur, Jaisalmer, Agra, Orcha, Khajurano, Varanasi, Calcuta, Puri, Kornak, islas de Andamán…. Son los lugares del itinerario que he trazado, a medida que avance el viaje, a algunos no iré y otros que no aparecen, formarán parte del recorrido. Como la vida misma, dejarse fluir en un plan sin planes cerrados. ¡¡¡Empieza la aventura!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario