martes, 13 de septiembre de 2011

Bichos: bonus track del diario de viaje, que hará las delicias de los lectores

En los días en los que he estado viajando he ido viendo y conviviendo con animales de todo tipo.
El primer recuerdo va para el guecko, mi despertador. Este simpático bicho aquí, tiene un canto particular e intenso que a mi me suena a gueeeeeeeeeee ckoooooooooo (difícil reproducir con palabras). La comunidad asiática de gueckos decidió que uno de sus miembros, se colocase varios días, más o menos a la altura de la cabecera de la cama y cantase con todas sus fuerzas en algún momento de la noche. La primera vez que lo oí, no sabía que era y pasé un buen rato buscando por la habitación, esperando encontrarme un bicho grande y peludo. Aquí dejo una foto subidita de tono de dos gueckos de Ko Chang en plena faena. Disfrutaron de este erótico momento mientras sonaba No woman, no cry. Amazing (dos minutos de reloj dándolo todo) La segunda foto es de un lagarto que se paseo por mi bungalow en Pai Cucarachas, que por alguna extraña razón aquí no dan tanto asco como en occidente. Son aproximadamente del doble o triple de tamaño que las nuestras pero igual de asustadizas e inofensivas. Recuerdo que cuando estuve en Indonesia con Alex, en las islas Gili, había un montón de ellas. Eran voladoras. En mitad de una cena en un japo frente al mar, mientras tomaba una sopa de miso, una vino a posarse en mi escote. La sopa de miso acabó repartida entre mi vestido y los pantalones de Alex.
Mosquitos, siempre presentes y siempre puñeteros. Al principio del viaje me ponía repelente nada más salir de la ducha y lo llevaba siempre encima para ir repitiendo la dosis, después de unas semanas me relajé y lo usé mucho menos. Los puñeteros mosquitos, cuando pican lo hacen a conciencia. Tengo la suerte de que mi sangre no les gusta mucho, aún así no me he librado. Mi amigo, el bálsamo de tigre, es un remedio fantástico para calmar el picor.
Perros, el tema es distinto en cada país. En Bali eran un verdadero problema, montones de ellos sueltos por la calle y algunos en muy mal estado, un mordisco es garantía de que te contagian la rabia. En Tai, también hay, pero menos y al ser un país más desarrollado en el sureste asiático, hay más perros mascota. De cualquier forma no te libras de encontrarte un simpático grupo de canes en algún camino, que cuando te ladran se te hiela la sangre. Los perros en Laos, si bien muchos tienen dueño, andan sueltos por ahí y no son agresivos y por los que yo he encontrado, tampoco muy ladradores. César, mi amigo de Lanzarote dice que no puedes mostrar miedo, mirarles y avanzar (aprovecho el momento para una cuña publicitaria: si alguien necesita adiestrar a su perro, este canario es el mejor) Mi mejor recuerdo va para el cachorro que nos encontramos en Don Det. Gatos. Como en todos los sitios, estos felinos van a su bola, hacen lo que les da la gana. Aquí viven como reyes y se pasan el día holgazaneando encima de cualquier sitio, o robando la comida de tu plato a la mínima que te despistes Cerdos. Los había en todas las casitas de los pueblos por los que pasamos, pequeños y simpáticos hunden su hocico en el barro haciendo un sonido muy gracioso. También nos encontramos con la “madre de todos los cerdos”, una descomunal cochina ¿o a lo mejor era un cochino? Grandes cerdos los hay de ambos sexos, incluso algunos se parecen bien poco al de la foto. Elefantes, mis preferidos. Grandes, fuertes y dóciles. Es impresionante como un animal tan grande obedece a las órdenes de sus cuidadores. En Tailandia, son muchos los que están adiestrados para pasear a los turistas por la selva. No todos los negocios cuidan bien a estos animales, si alguien viene alguna vez a Tailandia es recomendable que se informe bien antes de contratar una excursión en elefante. Recuerdo que en Luang Prabang, yendo a bañarnos a unas cataratas, encontramos unos cuantos, uno de ellos sangraba por el cuello, Konstantina, mi amiga griega, vio a un tipo con un palo que terminaba en un pincho y si le vale, se le come. En Chiang Mai encontré una agencia que ofrecía pasar un par de días en un campamento, dándoles de comer, bañándote con ellos y aprendiendo como comunicarte con estos animales. No me dio tiempo a ir, así que lo dejo para la próxima vez. Patos, ocas, gallinas y gallos. Como los cerdos andan libres alrededor de las casas de las aldeas y hay muchos. Es curioso que siempre encontramos que una gallina estaba cerca de un búfalo o una vaca. Curiosa pareja, espero que no les pasase lo que al ratón y el elefante del chiste. Los gallos, puntuales a las seis de la mañana empezaban la juerga. Búfalos. Fuertes como toros y tranquilos como si se hubiesen fumado todo el costo de Marruecos. Potentes cuernos que miran hacia atrás y una cara que parece que está burlándose del que le mira. Continuamente mastican hierba y lo hacen moviendo el hocico en círculos, esto les da un punto cómico. Hay algunos blancos, que son igualitos al bicho de la Historia Interminable. Vacas, en las zonas rurales también andan a su aire y también se hacen acompañar por un ave. Aquí prefieren vestir de marrón, no se lleva el blanco y negro. Mariposas, impresionantes, grandes y de preciosos colores, las ves por todos sitios. No es extraño que alguna pase rozándote. Por muchas que veas, no dejas de sorprenderte. Hormigas, grandes, pequeñas y como en el resto del mundo trabajadoras, muy trabajadoras. Si les da por darte un “bocao” te enteras de su fuerza. Las pequeñas, te las encuentras por todos sitios, muchas se han estado paseando por el teclado mientras escribía. A las grandes, las ves transportando objetos que las doblan en tamaño y peso, vi a una “muy afortunada” que se llevó una uña  Mantis. En Kong Lo Caves, mientras comíamos Simón, Andy, el coreano (nunca me enteré de su nombre), vieron una y Alberto le tiró esta espectacular foto, digna de ser ganadora en cualquier festival de fotografía.(no soy capaz de subir esta foto recta, muevan la cabeza) Moscas, pesadas, muy pesadas, como en el resto del mundo.
Serpientes, sólo vi una. La pobre no tuvo un buen fin. Estaba junto al río y por alguna razón que desconozco unos lugareños la mataron a palos. No soy fan de las serpientes, pero el espectáculo me desagradó bastante. Aunque no las haya visto, haberlas haylas. El último repelente que me compré en el 7eleven indicaba que era para mosquitos y serpientes. Cuando estuve durmiendo en la aldea en mitad de la jungla, cuidé mucho de embadurnarme bien antes de ir a dormir.
Peces, vi algunos preciosos en el estanque del monasterio Tam Wua donde estuve haciendo meditación. El resto los he visto a la parrilla en los puestos de la calle. Deliciosos. Escorpiones, no vi ninguno, la foto es de Simon, pero si he escuchado conversaciones de escorpiones que cruzan la calle en la misma Chang Mai. Tigres, como los elefantes, hay un campamento en Chiang Mai donde puedes pasar un día con ellos. Los tienen sueltos y puedes sentartea su lado y tocarlos. Muchos de mis amigos del viaje me han enseñado fotos junto a tigres enormes y con cachorros. Esta es otra cuenta pendiente que tengo cuando vuelva.
Arañas, también de distintos tamaños. En el viaje he tenido varias compartiendo el baño… de las grandes. Procuraba no molestarlas y no arrimarme mucho.
No puedo dejar de hablar en este post de los “insectos aperitivo” Golosina para los asiáticos. Probé uno, una especie de saltamontes pequeño. Aunque no estaba mal (un sabor raro a frito), con uno tuve suficiente. Prefiero las olivas.
Dejo algunas fotos aquí de otros bichos, un reptil y un ave cruce entre cigüeña y buitre (estaba en un templo de Vientiane) Hay una especie que me provoca un rechazo cercano al vómito. No es un animal, es un ser deshumanizado entre los cincuenta y los sesenta años, vestido de mamarracho, con mirada turbia, sucia, que se hace acompañar de jovencitas, niñas en muchos casos. Es un ser con cerebro envenenado que no alcanza a pensar que sus acciones arruinan la vida de un ser humano, que en la mayor parte de los casos no tiene alternativa. Los aborrezco.
Y para no terminar el post de mal rollo, la foto del cachorrito de gato-gremling, que se me pegó en Don Det y me dio mucho cariño. NOTA: se advierte a los señores lectores que no todas las fotos del post se han realizado por la que escribe. Las que ustedes consideren mejores han sido tomadas por el señor Alberto Saiz Tezanos, cántabro de pro, que estará dispuesto a venderles el original por un buen precio, si alguno de ustedes quiere una ampliación para decorar su cocina.

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