sábado, 26 de noviembre de 2011

Pedazitos de historias humanas

Viajando, vas coleccionando pequeños pedazos de historias humanas. Vas creando un mosaico de personas, que han sido tus amigos por cinco minutos, unas horas o unos días. De cada uno se podría escribir un libro, como no es el caso, voy a recordar con unas pinceladas a algunas de las muchas personas con la que me he cruzado en Dharamsala. Dos hermanas vallisoletanas, Belen y Alba, que viajan con la novia brasileña de Alba y un chico también brasileño. Cada vez que nos encontrábamos por la calle hablábamos un ratillo y nos despedíamos sabiendo que volveríamos a encontrarnos, como si viviésemos en la misma ciudad. Curioso. No tengo foto de ellas, lástima. Simon. De nuevo la suerte quiso que conociese a este hombre. Él es quien ha estado organizando durante los últimos cuatro años, en Rishikesh el Free International Yoga & Indian Music Festival al que asistí. Organizar algo en la India tiene mucho, mucho mérito viendo cómo funcionan aquí las cosas. Trabajó 22 años en Publicidad y lo dejó :-) Tiene 17 años de experiencia en yoga y fundó hace 15 el “Free International Global Center” en Torremolinos (40 clases mensuales, gratis para todo el mundo).
Su filosofía es , demostrar que es posible dar, sin esperar nada a cambio. Sobran los comentarios, un ser humano maravilloso que además tiene una risa preciosa.
Madre e hija en la post office: me encantó observar la relación que esta chica tenía con su pequeña de unos tres años. He observado que a veces hablamos con los niños como si fueran tontos, hacemos ruidos, gestos, no les contestamos o inventamos respuestas estúpidas a sus preguntas (que a veces de puro simples son muy complicadas). Esta mujer, actuaba con la pequeña con una enorme naturalidad y entre ellas, se percibía un lazo muy divertido. Hablamos un ratillo, me contó que era americana, despistada y que llevaba 10 años en India

La señora Checa. 74 años, vivos ojos azules y una ondulada media melena gris, una mujer muy guapa. Al minuto de estar a su lado sorprendía su vitalidad. Compartimos una cena en el mejor sitio para comer de McLeod Ganj, el Kungas. Me contó que viaja sola desde hace 22 años y en este viaje por India lleva cuatro meses. Yo no salía de mi asombro ¡vaya mujer! Este es un país muy complicado pero para una persona de su edad… casi imposible. Le pregunté cual era el secreto de su vitalidad y de la preciosa piel que tenía, su respuesta fue hermosa; me dijo, que ella daba muchos donativos, que tocaba varios instrumentos y comía sano. Con una expresión coqueta se quejó de su piel y me confesó que procuraba que sus citas con otras personas no fueran por la mañana, cuando según ella, tenía peor aspecto. De aquí pasamos a hablar de amores, me contó los dos grandes romances de su vida y que actualmente no quería pareja, aunque parece que tiene un vecino que la ronda. Lastima no tirarle una foto. Aquí unas fotos del Kunga por dentro y la terraza El pesado. Este era un tipo que aparecía de vez en cuando e intentaba iniciar una conversación. No se porque, su presencia me molestaba terriblemente, no me gustaba su mirada y mucho menos como apretaba la mano con una fuerza excesiva e innecesaria cada vez que conseguía despedirle. Inofensivo, pero un verdadero tostón. Lo bueno, es que fui cogiendo práctica y cada vez me costaba menos que se fuese.

Volviendo a mi guest house otra noche, a mi lado caminaba una mujer, en un momento me llamó y me pidió que compartiera con ella la belleza de las vistas que teníamos frente a nosotras. ¡Cuanto le agradecí ese momento! iba pensando en sabe dios qué y no me di cuenta que las luces del pueblo en la noche salpicando la montaña nos estaban ofreciendo un paisaje precioso. Allí estuvimos las dos, juntas, mirando el horizonte sin hablar y compartiendo el espectáculo.

Shabad Avtar Sing, es un compañero de kundalini yoga en Madrid. Hemos coincidido una o dos veces, nunca hemos hablado mucho… pues bien, me lo encontré paseando por Dharamsala. Es tan curioso encontrar una cara conocida tan lejos. Hablamos mucho mas en la India de lo que lo habíamos hecho en Madrid. Hemos quedado en vernos allí y contarnos el viaje. Wahe Guru.

Julia. De las 17 horas que pase en el autobús de Rishikesh a Dharamsala, compartimos asiento aproximadamente la mitad. Cuando quiso dormir se cambio a mi lado, que estaba libre, su respaldo no podía abatirse. No hablamos apenas, pero me nos sentimos muy bien. Caminando por Dharamsala nos encontramos varias veces y charlamos unos minutos. Esta chica es luminosa, da buen rollo desde el momento que te aproximas. Seguimos coincidiendo y nos tomamos algo juntas, nos sentimos tan bien, que decidió venirse conmigo a Amritsar. Es una gozada cuando encuentras a alguien con quien no solo te llevas bien, si no también entiende que cada uno tiene su espacio y que el silencio, cuando estás a gusto, no es incómodo. Ella es profesora de Kundalini, el yoga que yo practico, y juntas viajamos al Golden Temple un lugar que para la gente que practica este yoga tiene un sentido especial. Todas las piezas del puzle encajan tan bien que pienso que habré hecho para merecer tanta fortuna. Julia es un gran tesoro que he encontrado en el camino.

1 comentario:

  1. Un océano de bendiciones y buena fortuna para Julia y para ti. El universo te está premiando con generosidad, que es lo que tú entregas y transmites. Una muy merecida recompensa.
    Sat Nam.

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