miércoles, 21 de septiembre de 2011

Día 39- 41: Bangkok es un gigante y Asia un pañuelo.

Hace unas horas que dejé Bangkok y desde el avión de China Airlines, entre bandeja de comida y película subtitulada en chino, estoy intentando escribir los últimos días, no se por qué, me está resultando complicado (miento, sí se por qué, es tan obvio, que no hace falta contarlo).
Esta ciudad es un gigante nervioso, ruido, humo, gente, taxis, tuk-tuks… tiene mil caras distintas y a veces opuestas y es una ciudad diferente cada cinco minutos, todo se mueve. Después de estar en la isla, llegar a una megaciudad sobrestimulada como Bankgok, descoloca un poco, el espectáculo es tan excesivo, que te espabilas en un pis pas.
Con la mochila en la guest house y tras una ducha reconfortante, me lancé a las calles en busca de Cristina, (salimos juntas de Ko Chang pero en distintos buses, que salieron a la misma hora y llegaron con dos horas de diferencia). Inmersión en Khao San road y alrededores, donde tendría el cuartel general. Esta caótica zona llena de puestos, música, falangs, gente a todas horas tiene algunos sitios agradables, el Hippy the Bar, es uno de ellos, no es barato, pero me pareció perfecto para despedir a Cris, que mañana se va a la India. Otro sitio que no me quedo sin conocer. Besos, abrazos y propuestas de vernos en Madrid.
Camino a la guest house, oí que me llamaban, me volví y era Kim, el chico coreano que conocí en Ko Chang, que alegría nos dio, charlamos un rato y me fui a dormir. Justo en el momento que entraba en la guest house, salían Antonio y Rocio, dos madrileños de Leganés que conocí en Pai y me he ido encontrando por el camino, como si Asia fuese un barrio. Cinco años en la facultad, cogiendo el mismo metro a la misma hora que mis compañeros de clase y nunca me encontraba con nadie, 40 días en dos países y da la sensación de que Asia es un pañuelo.
Me fui volando a la cama, antes de caer en la tentación de una cerveza con dos madrileños, al siguiente día me esperaba una visita importante: El Chatuchak
El Chatuchak es la madre de todos los mercados, cientos de puestos en los que se vende de todo, bichos, antigüedades, artesanía, ropa… No he comprado nada en todo el viaje, así que aquí me resarciré, no hay mejor sitio. Me gustan los mercados, ya lo he comentado alguna vez, no es sólo el hecho de encontrar cosas curiosas, es una magnífica oportunidad para estar en contacto con la sociedad tailandesa.( Cómo excusa para justificar que me compré unos trapuquis, ya va bien ¿no?) Pues sí, señores, contacto tuve, llegué a las 11 y me fui a las siete, comí caminando y no paré de caminar en todo ese tiempo, resultado: no vi ni la mitad del mercado y no me compré ni un diez por ciento de las cosas que me gustaron (esto quiere decir que me gustaron muchas). Celebré las compras con una BeerLao que tenían en un bar lleno de modernos en el mismo mercado.
Para moverme por Bangkok, esta vez he decidido coger los autobuses públicos, hay cientos, nunca sabes dónde está la parada y sólo hay indicaciones en Tai, todo esto se compensa con la amabilidad de la gente. Basta con decir tres o cuatro veces (hasta que te medioentienden) la zona donde vas, tras un rato de sonrisas, conversaciones cruzadas en inglés y tai y gente que entra y sale de la charla con la falang, te dicen varios números. Dentro, el cacharro es pintoresco, una mujer uniformada te cobra el billete y el conductor va gritando los nombres de las paradas. Agotada llegué a la guest y de nuevo me encontré con los "encontrables" (Antonio y Rocio) a los que se habían unido dos catalanes la mar de majos. Me quedé un rato con ellos y me fui a dormir, los planes para el siguiente día también prometían.
Me fui al BACC, un museo de arte contemporáneo bastante reciente. El edificio recuerda un poco al Guggenheim de Nueva York. Era lunes y los lunes cerraban (algo de lo que no informan ni en la guía ni en Internet) así que volví al día siguiente. Pasé un buen rato viendo los exposiciones, para no enrollarme, ahí van algunas fotos. En unos días haré un post con mas fotos, por si a alguien le interesa, al menos ya se que hay una que sí: yo.
El BACC está en la zona moderna de la ciudad, imponentes rascacielos, atascos, los centros comerciales mas modernos que he visto, oficinas y gente con bolsas que entra y sale de todos lados. Aquí la ciudad tiene varios niveles como un scalextrix, el espectáculo es digno de ver. No es de los lugares que me llegan al corazón, pero me sorprende la capacidad del hombre de crear estas megalópolis y de moverse por ellas con toda naturalidad, no pensaba venir por esta zona, pero he de confesar que la he disfrutado.
Aquí una foto de unas hormigas trabajando para seguir ampliando el monstruo. En mitad de este caos, hay un sitio interesante, el Santuario de Erawan, un pequeño templo frente al hotel Hyatt. Es un buen escaparate del budismo tailandés, está dedicado al dios Brahma, hay siempre fieles alrededor, creen que este lugar responde a sus plegarias y da buena suerte. Si el deseo se cumple, contratan a músicos y bailarines para que actúen frente al altar como agradecimiento. Me fijé cual era el ritual, compré unas flores, incienso y velas y las ofrecí a Brahma como lo hacía la gente que estaba allí. Fue bonito, cuando mis deseos se cumplan, tendré que volver a que los bailarines actúen 
Estaba en una zona que no me interesaba mucho, ver centros comerciales no entraba dentro de mis planes, pero tenía todo el día por delante y decidí curiosear por un par de ellos. Aluciné. Enormes, con una decoración de un gusto exquisito y un derroche de creatividad en los escaparates, tiendas realmente bonitas y las grandes firmas. En Navidad, mis antiguos jefes, decidieron invitar a un grupo de gente de la agencia a Londres, recorrimos la ciudad para ver tiendas y escaparates y luego hubo un concurso para decidir cual creíamos que era el mejor. Bien, pues hice un amplio reportaje fotográfico, con el que Londres no se si podría competir. No estaba permitido hacer fotos, pero a pesar de los seguridad que había por allí me las apañe y no he acabado en una cárcel tailandesa.
Cuando por fin pude visitar el BACC al día siguiente, me di un homenaje para despedirme de Bangkok con una de las comidas que mas me gustan: Sabu-sabu (no tan bueno como en Tokyo, pero aún así delicioso) La tarde del lunes después de los centros comerciales, me fui a dar un paseo por China Town, de nuevo cogí un bus preguntando en la parada a unas encantadoras señoras, que casualmente también iban allí. Fueron pendientes de mi todo el camino y luego insistieron en tirarme esta foto ¡ Qué gusto da encontrarse gente así! Este barrio, es un hervidero de gente y tiendas, cosas útiles y muchas inútiles que se venden en grandes cantidades. Gente, comida, tiendas por todos lados. Ruido y neones que te atrapan y te saturan. Me gusta mucho este sitio y no dejo de curiosear en las farmacias chinas, con sus botes de mil formas, con insectos y remedios para todo. Sólo por ver una, merece la pena venir hasta aquí. Una gran parte del barrio es como una tienda gigante de todo a 100, enormes cantidades de objetos de plástico y mucho brilli-brilli. Los puestos de comida, son otra de las cosas para no perderse, es increíble las cosas que comen los chinos. Al regresar, ya en la zona de Khao San, volví a encontrarme con los "encontrables", esta vez el grupo había vuelto a crecer, a él se habían sumado un par de parejas mas. Una de ellas, formada por un mexicano y una suiza que viajaban con Yokio, su niño de 4 años, que era para comérselo con patatas. Admiro a los padres que viajan con niños pequeños, me he encontrado algunos en el viaje y no parece ser tan complicado. Para los críos es una experiencia muy enriquecedora, ven que hay otras cosas en el mundo, en un momento en el que todo lo absorben. Me da la sensación que protegemos a los niños demasiado, no se, no tengo niños y opinar sobre esto es un poco osado, lo que sí tengo claro es una de las cosas que he reafirmado en este viaje: la actitud con la que te enfrentas a las cosas, hace que estás sean de un modo u otro.
La última tarde en Bangkok, me entregué al hedonismo: manicura, pedicura, tratamiento facial y corte de pelo (las puntas sólo, no tengo valor para cortar mas), pancake con chocolate y para terminar una cerveza en uno de los bares que mas me gusta y donde he ido cada día a conectarme a Internet. El camarero ya me conocía, da gusto que te saluden con esa amabilidad cada vez que entras en un sitio. Le comenté que eran mis últimas horas en la ciudad (de este viaje, claro está) y me tiró la foto que he puesto al principio, para que me acordase de volver.
Esperando la furgoneta para ir al aeropuerto en una esquina de Khao San había un músico espantoso, pero espantoso, espantoso, daba risa de lo malo que era. Un chico que andaba por allí se acerco y me hizo un comentario sobre el espectáculo dantesco y nos echamos unas risas. Esta ha sido la última persona que he conocido en Asia, un chico keniata, corredor de maratones, que había quedado segundo en una carrera que se celebró el día anterior. Me dio pena tener que despedirme y no poder charlar un poco más con él, su vida me parecía de lo mas interesante…
No puedo resumir el viaje en unas frases, ha sido hacia fuera, hacia dentro y lo mejor, sin duda, la gente con la que me he ido cruzando en el camino. Gracias a todos, me he sentido afortunada y feliz a vuestro lado.
Escribir el blog, ha sido una gran idea, cuando quieres contar las cosas que ves, vas escribiendo notas en tu cerebro y grabando momentos. Creo que se vive el viaje de otra manera, merece la pena el esfuerzo de sentarse, escribir y seleccionar fotos. Sin duda.
Cada vez que alguien me decía que me leía, me daba un subidón, me he sentido acompañada por todos. Pensé mucho al principio si hacer el blog público o no, ¡bendita la hora en que decidí que sí! Mil gracias por leerme, por estar conmigo y mandarme mensajes, habéis viajado a mi lado y habéis hecho que el viaje sea mucho mejor.
Seguiré De Paseo, esforzándome por conservar lo que durante estos días me ha dado y me ha enseñado la vida y por compartir con los que estáis a mi lado las pequeñas cosas, que son las realmente importantes.
Un par de regalos para terminar (este post, que no el blog): Un tema que me parece redondo para este momento,y me encanta. Jorge Drexler Todo se transforma.
http://www.youtube.com/watch?v=QfhEKpFiepM&ob=av2e
Y mi frase preferida, que encierra mucho más de lo que a primera vista se lee: El Pasado es historia, el Futuro un misterio, pero el HOY es un REGALO, por eso se llama Presente
Asia, see you soon.

5 comentarios:

  1. Aunque las ganacas que tengo de verte son enormes, una parte de mi siente que dejes de estar por allí, de vivir y contar esta aventura. Tendrás que volver para hacer la siguiente temporada, no?. Besos, Lorri.

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  2. Bienvenida Marta!! he leído todos tus post. Me ha encantado poder "compartir" contigo tu viaje.
    Muy interesante, de verdad.

    Sonia (clan de los wundermitas)

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  3. Qué gozada haber podido seguir tus aventuras casi día a día.

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  4. Con esa capacidad que tienes para escribir y tu mirada diferente sobre mil cosas, tienes que seguir con esto... da igual que estés aquí o allí, para mi se ha convertido en una novela por partes a la que me he enganchado. Es fantástico.

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  5. Marta! increíble viaje, de verdad. Lo he seguido a ratos, de forma desordenada, pero me ha encantado. Sabes lo que estaría genial? Podías hacer en Googlemaps el itinerario y meterlo luego en un post, a modo de resumen... tal vez ya esté por ahí y me lo he perdido. Porque además de ser tu experiencia personal, puede ser una guía súper útil para futuros viajeros. Muchos besos desde Finlandia!

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