sábado, 13 de agosto de 2011

Día 3: Y la luna se vino a Chiang Mai

Vuelvo a Chiang Mai. La primera vez fue en Abril, en mi anterior viaje al Sureste Asiático, coincidió con la fiesta del Songkrang, que es el festival donde se festeja el Año Nuevo de Tailandia y se celebra con bombos y platillos, también conocido como el Festival del agua, lo que quiere decir que vas a estar calado hasta las cejas hagas lo que hagas. En Chiang Mai es especialmente popular, se llena de turistas con pistolas de agua, cubos y muchas ganas de hacer el gamberro. Curioso de ver pero para un ratito, y no muy bueno si quieres conocer la ciudad. También hay actividades religiosas y recreativas , además de desfiles y la competencia de belleza "Señorita Songkran". Hoy he podido disfrutar de este lugar sin tener que estar evitando cubos de agua a cada paso. El jet-lag hizo que no pudiese dormirme hasta las 4, pero a las 8 arriba y ducha de agua fría, el calentador eléctrico decidió no despertarse tan pronto, una horita de yoga y a buscar otro guest house algo mas barato. El CM Blue House cuesta 500 baths (unos 12€) pero encontré una habitación muy cuca con baño compartido por 150 baths (4€ aprox.) en Honey´s House, un hostal restaurante regentado por unos franceses muy agradables. Sólo tiene tres habitaciones, está construida toda en madera y muy limpia. Creo que no hay otros huespedes, así que sólo compartiré baño con los dueños.
Estoy en la ciudad antigua, todavía rodeada por un foso y los restos de una muralla medieval, aquí puedes ir andando a cualquier sitio, aunque en las horas de mas calor no es mala idea parar algún tuk-tuk. La ciudad es una mezcla de expatriados tailandeses, chinos, tribus indígenas y turistas occidentales, la mayoría jóvenes mochileros (como yo, bueno, al menos en lo de mochilera :-)
Hoy es sábado, y se monta el Saturday Walkinrg Street, mercado de artesanías de todo tipo en una calle cortada al tráfico. Me llevaría mil cosas, pero no he hecho mas que empezar el viaje y quiero seguir llevando una mochila ligera, además de que me he propuesto llevarme experiencias y no zarrias. Menos mal que no paro de caminar, si no, lo que me llevaría serían unos kilos, cada puesto de comida es una tentación en la que caigo. Hay veces que no se que estoy comiendo exactamente... pero todo está exquisito. Llegué al mercado cuando lo estaban montando, sobre las 16h, el calor era sofocante y la imagen de los "esqueletos" de los puestos un poco desoladora. Una vez montado se convirtió en una explosión de colores y sonidos (que duro ha sido no comprar nada) y sobre las 19h comenzó a llover intensamente y se hizo de noche. Un mismo lugar, tres escenarios distintos.
Terminé mi largo paseo con un feet massage de media horita, casi me duermo. Al terminar dudé de si mis pies iban a ser capaces de sostenerme, me acordé de una frase que dice mi madre "echarse los pies al hombro" que viene que ni pintada.
La Lonely recomienda compra el Map Guide to Chiang Mai, de Nancy Chadler y lo encontré en una fantástica librería de las muchas que hay en la ciudad, Gecko Books (con un lugar como este, se puede quedar uno aquí una larga temporada). Con mi nuevo mapa y dispuesta a explorar nuevas calles, me dirigí a la zona de la guest house y con mi nuevo mapa y mi disposición, me perdí, algo realmente complicado aquí y muy común en mi. La luna se ha venido esta noche a Chiang Mai y creo que me echo un cable para encontrar mi hostal. Hoy voy a dormir como un ángel.

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