domingo, 8 de enero de 2012

Calcuta, Kolcata, miseria y cultura

El viaje desde Varanasi fue largo, pero viajé en segunda y fue realmente cómodo. En mi compartimento conocía a Pallavi, una chica india encantadora, es diseñadora de moda, hace diseños para Bollywood y tiene su propio negocio, una mujer independiente y formada que pertenece al pequeño porcentaje de este tipo de mujeres indias. Conversamos sobre mil cosas y tuvimos muy buena conexión, cuando salimos del tren me llevó en su coche hasta un taxi y dio instrucciones al conductor sobre donde dejarme.

Fui al centro de la ciudad, a Park Street, por allí busque la zona de mochileros y empecé a ver habitaciones. Ya me lo habían avisado, “las habitaciones baratas en Kolkata son muy cutres” después de ver tres o cuatro lugares sórdidos, sin luz y sucios, decidí subir un poco el presupuesto y buscar algo mas digno.
La Lonely Planet da una buena definición de este lugar Un festival diario de la existencia humana, una ciudad grande y llena de gente por todos sitios.
Por un lado es un escaparate de miseria y sufrimiento humano y por otro es una ciudad vibrante y cultural con un interesante pasado colonial.











Cosas que he visto por aquí:
Victorial Memoriam, está rodeado de un gran parque (agradecí mucho poder dar unos paseos viendo verde), el edificio aunque de grandes dimensiones, es muy equilibrado. Por la noche es mejor aún. Muy recomendable el espectáculo de luz y sonido que hacen sobre las 19, un audio va contando la historia de la ciudad mientras va iluminando el edifico.












South Park Street Cemetery, este sitio es genial, un cementerio del siglo XVIII al que el tiempo le ha dado una patina de romanticismo. Parece que Edgard A. Poe vaya a salir de detrás de alguna de las tumbas piramidales cubiertas de enredaderas y musgo.














Planetarium Birla, dicen que es uno de los mas grandes del mundo, iluminado por la noche es muy  bonito y el espectáculo de las estrellas es una buena escusa para relajarse del stress de la ciudad.

Mother Teresa House. Una tarde me acerqué caminando al convento que fundó la Madre Teresa, sin duda uno de los lugares que hay que visita en esta ciudad. Serían las seis de la tarde, así que supuse que no podría entrar en el edificio. Cuando llegué me sorprendió la sencillez del edificio, por suerte estaba abierto y pude pasar dentro. Accedí a un patio interior impoluto, cuando hay monjas a la vista la limpieza es una constante. Junto al patio, en una sala con un pequeña capilla está la tumba de la Santa. No comparto las creencias de la religión católica, pero ese lugar me conmovió hasta la última célula, la sensación frente a la tumba es muy intensa, sin saber por qué, las lágrimas vinieron a mis ojos... no pude controlarlo ni comprenderlo, simplemente me dejé envolver por la magia de ese lugar. A mi mente vinieron mis amigos Ana y Jose y estuvieron allí conmigo. Fue un momento especial





La Catedral de San Pablo. Una iglesia construida por los ingleses en 1847, con una impresionante nave interior sin arbotantes y unos maravillosos bancos de madera (son los originales y se conservan en perfecto estado)  allí me senté un rato a pensar en las distintas religiones y rituales asociados a ellas. Soy muy crítica con la religión católica, pero también es la que mas conozco. He ido conociendo un poquito de otras religiones a lo largo del viaje, lo nuevo siempre parece mas exótico. Veo que el ser humano busca lo mismo con una religión u otra y creo que lo que busca fuera lo tiene en su interior, mirar para dentro y descubrirlo no es fácil, pero el viaje merece la pena.






Ya llevo viajando casi dos meses y a veces me descubre viendo con naturalidad cosas que antes me sorprendían. No quiero perder esa capacidad de sorpresa, de mirar las cosas y verlas, por eso de vez en cuando imagino que soy otra persona, mi madre, algún amigo, un compañero de trabajo... y miro lo que estoy viendo a través de sus ojos. Es un ejercicio divertido y me recuerda que la manera de mirar, de ver, de sentir lo que me rodea hace que la realidad sea de una manera u otra. Guardaré esta reflexión en un rinconcito de mi cerebro donde pueda verla a menudo y no olvidarla cuando vuelva.




























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